“Para innovar hay que ser flexibles”: CONAFIPS y AFD impulsan la construcción sismorresistente en la Costa ecuatoriana.

Jean-Philippe Berthélemy trabaja como subdirector de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en Ecuador desde el año 2020. Es experto en financiamiento corporativo, proyectos y fondos de inversión. Estudió ingeniería aeroespacial pero muy pronto se incorporó al sector financiero donde ya cuenta con casi 15 años de experiencia, especialmente en banca privada y financiación del desarrollo.

En las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Los Ríos, Santa Elena y Santo Domingo de los Tsáchilas, el riesgo sísmico es una realidad. Manabí, por ejemplo, ha sido una de las provincias más afectadas. Según el Instituto Geofísico, entre 2010 y 2023, se registraron 25 terremotos con magnitud superior a 5.0, incluyendo el terremoto de Pedernales en 2016. Con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter y una duración de casi 75 segundos, este evento catastrófico cobró la vida de 671 personas, desplazó a alrededor de 80.000 individuos y afectó un promedio de 69.000 edificaciones

Este desastre natural motivó, en diciembre 2017, a la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) a entregar al Ecuador un crédito por 30,1 millones de dólares, canalizados a través de la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias – CONAFIPS. Estos recursos son colocados, a través de créditos hipotecarios, por las cooperativas de ahorro y crédito y mutualistas para impulsar el programa “Vivienda Popular” que, entre otros, financia la construcción y reconstrucción de de soluciones habitacionales en las provincias afectadas.

Jean-Philippe Berthelemy, subdirector de Agencia Francesa para el Desarrollo en el Ecuador habla sobre este proyecto.

¿Cómo nace el proyecto Vivienda popular Mi casa desarrollo AFD?

El proyecto nace de manera imprevista, de hecho, la AFD había llegado al Ecuador apenas un año antes, con un mandato de crecimiento verde, solidario, para financiar proyectos de desarrollo sostenible. Entonces, cuando pasó ese evento trágico de 2016, tuvimos que adaptar nuestras acciones a las urgencias y necesidades del momento. Así nació ese proyecto

No dudamos ni un minuto en aportar nuestro apoyo al país, siempre con ese enfoque de sostenibilidad, y en este caso, el proyecto fue financiar y reconstruir o adquirir nuevas viviendas, pero que tengan ese criterio de sismorresistencia para que no se vuelvan a caer.

¿Cuál es el marco de acción del proyecto programa “Vivienda Popular”?

El proyecto abarca tres componentes, uno enfocado al microcrédito, el componente dos enfocado en el financiamiento para compra, construcción o ampliación de vivienda y otro componente, diría entre comillas “pequeño”, de 1.2 millones de dólares, importantísimo. Ese componente es de cooperación técnica para apoyar justamente la ejecución del componente principal de financiamiento de vivienda. Ese componente de cooperación técnica consiste sobre todo en financiar las certificaciones de sismorresistencia de las casas; o sea que no es el beneficiario final de la casa el que va a pagar eso, eso es financiado por el proyecto.

Aparte del financiamiento a viviendas. ¿existe un componente adicional?

También se financian capacitaciones y reforzamiento de capacidades, tanto de la CONAFIPS, como de las cooperativas y mutualistas en materia técnica de construcción sismorresistente, para que el diálogo técnico sea consistente a todos los niveles.

¿Qué aprendizajes les ha traído hasta ahora el proyecto?

Al inicio, nosotros pensamos, ingenuamente, que financiar casas sismorresistentes iba a ser fácil, pero la verdad no lo fue, porque las casas no cumplían necesariamente con ese criterio porque no había demanda ni oferta y eso no se crea de un día para el otro.

La gente las asociaba a las casas sismorresistentes con costos adicionales; algunos promotores, no todos, consideraban que era un costo innecesario y que no iban a encontrar clientes. Entonces, al inicio de proyecto no nos fue tan bien. Sin embargo, a partir del 2021, digamos que la conciencia de la importancia de la sismorresistencia empezó a difundirse un poco más.

Y con respecto al trabajo con las OSFPS, ¿hay algún aprendizaje?

Si, adaptarse y seguir sus necesidades, por más pequeñas que sean. Cambiar la duración del crédito, periodos de gracia más amplios, nosotros dijimos está bien. Es que el producto financiero no tiene que ser complicado. Para innovar hay que ser flexibles.

¿Cuál es una de las principales lecciones que le deja el proyecto?

Una de las lecciones es innovemos, pero entendamos bien la línea base, de dónde estamos partiendo, eso es muy importante, creo que ahí tal vez fallamos un poco al inicio. Yo creo que otro punto importante es crear esas capacidades, esas experticias en cada eslabón de la cadena de crédito, porque para poder hablar de sismorresistencia a nivel de las cooperativas, pues las cooperativas deben entender de qué se trata, CONAFIPS debe entender de qué se trata y para tener esa credibilidad hay que capacitar y reforzar con asistencia técnica para que los financieros entiendan también de qué estamos hablando.

¿Qué le diría a un beneficiario de los créditos que son parte del proyecto “Mi casa AFD” si pudiera hablarle directamente?

Le diría que lo barato sale caro, no es por que se va a ahorrar dos mil o tres mil dólares con una vivienda es una ganga. Porque esa vivienda, sobre todo en Ecuador que sabemos que está en una zona sísmica, lo barato sale caro, la vivienda sismorresistente no se va a caer. Yo creo que la evidencia está ahí y le diría que, sin duda, compren viviendas sismorresistentes y no lo piensen dos veces.

Leave a Comment

Your email address will not be published.

Start typing and press Enter to search