«La casa debe ser un refugio, no un riesgo”

La sismorresistencia en las ciudades costeras de Ecuador: un desafío urgente

John Dunn Insúa es arquitecto, urbanista, escritor, profesor del Colegio de Arquitectura y Diseño interior de la Universidad San Francisco de Quito e investigador del Instituto de Arquitectura y Forma Urbana (AFORU).

El panorama urbano de las principales ciudades costeras de Ecuador, como Guayaquil y Manta, está experimentando un crecimiento vertical acelerado; al respecto, las autoridades han incrementado sus esfuerzos para verificar la seguridad de estas edificaciones. Sin embargo, las viviendas unifamiliares y las construcciones informales, ocupan un volumen mayor al 60% del volumen construido de la ciudad.

Al respecto, conversamos con el arquitecto y profesor guayaquileño John Dunn Insúa sobre su visión como urbanista acerca de la arquitectura sismorresistente en las provincias costeras de Ecuador.

“Todas las preocupaciones estructurales se las vincula principalmente con las estructuras verticales, es decir con edificios que cada vez adquieren más y más altura en el Ecuador. Pero, donde podríamos ver mayores riesgos es en las construcciones de menor escala que puede que no se hagan con ese mismo rigor e incluso, más preocupante que eso, puede ser que no fueron hechas con ese rigor. Son esos elementos los que involucran mayor riesgo, todo lo que se construyó en el pasado que no tenía las consideraciones de sismorresistencia, más lo que en la actualidad se esté construyendo de manera informal.”

Para construir en la zona costera ecuatoriana se debe considerar su diversidad geológica, que incluyen suelos como arcillas expansivas, rellenos y arenales. Es fundamental realizar un estudio detallado del suelo antes de cualquier proyecto de construcción, pues los suelos inestables pueden aumentar el riesgo de daños estructurales durante eventos sísmicos, lo que resalta la importancia de comprender las características del suelo para diseñar edificaciones sismorresistentes.

A decir del arquitecto Dunn, dichos diseños no comprometen la estética de las construcciones y ahora hay una mayor posibilidad de escoger cuál de los sistemas estructurales disponibles conviene para materializar lo que tú quieres para el espacio que va a ser tu hogar.

“Las posibilidades de estructura en las construcciones de viviendas se están diversificando nuevamente. Empiezan a haber nuevas tecnologías y se están rescatando tradiciones como estructuras de madera o de caña que, bien manejados, si dan mejores condiciones, así como la estructura metálica que también da buenos resultados en sismorresistencia. Además, ahora hay nuevas maneras de manejar el hormigón, y ya no se rechaza la idea del muro portante; incluso eso permite eliminar una gran cantidad de columnas.”

“Acabo de trabajar un par de viviendas en la costa ecuatoriana con un sistema constructivo que se llama «Boonker», que utiliza bloques de hormigón modulados que tienen una mayor resistencia. Permiten que se los pueda atravesar con varillas y rellenar su espacio interior con hormigón para poder hacer lo que se conoce como mampostería armada”, añade.

La sismorresistencia es fundamental para la seguridad ciudadana y el desarrollo sostenible en Ecuador. En términos de seguridad, protege vidas, reduce daños materiales y preserva la infraestructura vital. Además, en el ámbito del desarrollo sostenible, la sismorresistencia ayuda a reducir costos, atraer inversiones y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Desde el devastador terremoto del 16 de abril de 2016, Ecuador ha intensificado sus esfuerzos por mejorar la sismorresistencia en el ámbito del urbanismo y la construcción. Aunque se han promulgado normativas actualizadas, como la Norma de Construcción Ecuatoriana (NEC) de 2023, aún persiste un desafío cultural en cuanto a la implementación y cumplimiento de estas regulaciones.

“Hay dos cosas que tenemos que considerar, primero, las nuevas tecnologías para la construcción aún no han sido muy difundidas y muchos profesionales se mantienen en la construcción con técnicas convencionales; y, en segundo lugar, la construcción informal todavía tiene mucho espacio y mucha relevancia. Muchas personas prefieren simplemente comparar sus materiales de construcción y, si no lo hacen ellos mismos, consiguen que un maestro mayor de obra les dé un cálculo aproximado y construyen así. Es muy fácil construir como si fuera una receta de cocina y esto no es así y siempre trato de denunciar y evitar que siga ocurriendo.”

Como profesor e investigador, Dunn destaca el papel crucial que desempeña la academia en este proceso. A través de la investigación y la educación, las instituciones académicas continúan promoviendo la importancia de la sismorresistencia en el urbanismo ecuatoriano.

“En el 2016 tuvimos un ciclo de conferencias en la USFQ, en el que trajimos a muchas personas de Latinoamérica que están involucradas en la arquitectura para enfrentar desastres naturales. Posteriormente tuvimos un taller de arquitectura con Diego Oleas, en el cuál a los estudiantes les hicimos construir, primero, viviendas en estructura de madera para cambiarles la visión de cómo se debe pensar una estructura y, en segundo lugar, construir viviendas, que se conocen como viviendas nucleares, es decir que no sean simplemente temporales para después del desastre, sino que eventualmente puedan crecer y adaptarse a las necesidades de la familia que la habite.”

En un contexto urbano donde el riesgo sísmico es alto y la vulnerabilidad de las ciudades es evidente, la sismorresistencia se convierte en una prioridad indiscutible. Se necesita una inversión significativa y un compromiso continuo de todas las partes interesadas para garantizar un desarrollo urbano seguro y sostenible en Ecuador.

“Para nosotros es importante acercarnos a la comunidad, esa aproximación nos parece más acertada porque cuando la comunidad adquiere conciencia de cuáles son los parámetros que se deben cumplir con su seguridad, cuando adquiere conciencia incluso de que la vivienda debe ofrecerle seguridad y nos solo un espacio acorde al gusto y las necesidades, es cuando realmente estas personas pueden demandarle a su constructor, ingeniero o a quien sea en su debido momento, que por favor tomen en cuenta estas consideraciones; que la casa debe ser un refugio, no un riesgo.”

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